Es más que palpable que la realidad de Diego Simeone en Atlético de Madrid es la más difícil que le ha tocado vivir en más de una década al frente del equipo colchonero, años en los que lo llevó a un nivel competitivo como casi nunca antes en su historia. El Aleti del Cholo ha entrado en las últimas dos temporadas en un vaivén emocional que ha esmerilado la imagen de un entrenador que hasta entonces parecía indiscutible.
Y uno de los aspectos salientes en los últimos tiempos ha sido la salida de futbolistas que habían llegado con todas las luces y que terminaron relegados y marchándose casi por la puerta de atrás debido a incompatibilidad con las exigencias y formas del técnico argentino. Los casos más recientes han sido los del brasileño Matheus Cunha y el del portugués João Félix, que recientemente debutó en Chelsea (un estreno desafortunado, que terminó en expulsión), club al que llegó a cambio de un millonario préstamo (11 millones de euros) y luego de renovar su contrato con Atlético hasta 2027.
“Quiero jugar con felicidad”, expresó el delantero portugués a su llegada al club de Londres, y todos interpretaron eso como un mensaje vinculado con lo que vivió desde su llegada a Madrid: que nunca pudo estar plenamente contento en el campo de juego. No es poca cosa para quien fue la compra más cara en la historia del club colchonero, por 126 millones de euros.
En la previa del encuentro que este domingo Atlético de Madrid jugará como visitante ante Almería, desde las 12.15 de nuestro país, Cholo Simeone brindó una conferencia de prensa en la que se refirió a la salida de João Félix y dejó algún concepto que pareció casi como un tiro por elevación para el atacante de 23 años. Consultado sobre las razones del fracaso del portugués en su ciclo en el Aleti, el entrenador afirmó: “No me voy a detener en una explicación tan larga, tiene unas condiciones extraordinarias, es joven y tiene ilusión por demostrar su fútbol, ojalá le vaya bien donde esté”. Y cuando se le preguntó por la sugerente frase que pronunció el luso sobre aquello de “jugar con felicidad”, el Cholo no quiso ahondar: “Es una pregunta para él”.
La exigencia de Simeone para con sus dirigidos no es algo nuevo y es algo que los futbolistas que llegan al equipo de Madrid saben que deben cumplir. No hay prebendas para nadie. Si no, que lo diga Rodrigo de Paul, que pese a ser campeón del mundo y pilar fundamental de la selección argentina, nunca pudo hacer pie como titular y su futuro es incierto en el club colchonero. Es por eso que cuando a Simeone le preguntaron si prefería “calidad o humildad” en sus futbolistas, el técnico contestó lo que pudo ser un tiro por elevación para João Félix: “Me permitís otra palabra: compromiso. Es lo más sano, es lo que mejor sabemos hacer y lo que este equipo y estos chicos pueden darle al club y a lo que queda de Liga y Copa”.
LA NACION