Actual bicampeón del fútbol argentino (Liga Profesional de Fútbol y Copa de la Liga 2022), Boca continúa este viernes su preparación de pretemporada en un amistoso con Everton, de Chile, a la espera de la Liga Profesional y de la Copa Libertadores. El partido comenzará a las 21.30 y se desarrollará en el Estadio San Juan del Bicentenario, con transmisión de la plataforma Star+.
Boca prueba a Sergio Romero en el arco, aunque hay que ver cómo está el subcampeón mundial de Brasil 2014 de la molestia física padecida en el entrenamiento del miércoles. El ex arquero de Racing lleva una larga inactividad, con apenas 37 partidos en los últimos ocho años, y siempre fue cuestionada su aparición en la selección argentina por esa causa. Su último compromiso tuvo lugar el 6 de marzo de 2022, en una derrota de Venezia, su equipo, por 4-1 frente a Sassuolo, por la Serie A.
Por su parte, Everton perdió frente a Independiente por 2 a 0 este miércoles, también jugado en San Juan, donde el Rojo había empatado con Boca. Este domingo, el plantel azul y oro –que está noche se viste mayormente de blanco, por el parecido de su camiseta con la del conjunto chileno– viajará hacia Abu Dhabi para jugar el viernes 20 ante Racing por la Supercopa Internacional, tras el acuerdo entre AFA y Emiratos Árabes Unidos para disputar un trofeo en ese país por los próximos cuatro años.
En los primeros minutos, Everton tuvo la pelota, el protagonismo y las primeras aproximaciones. La idea era clara: probar los reflejos de Romero, sin actividad por tanto tiempo. Dos disparos tuvieron la mejor respuesta del veterano arquero, con reflejos y con el balón a un costado del arco. Chiquito necesita consolidarse, sumar minutos, jugar todo lo que pueda: es una de las grandes apariciones del fútbol argentino en 2023, más allá de que llegó a la Ribera algunos meses atrás. La salida de Agustín Rossi abre un gran interrogante en el Mundo Boca. Y una puerta para Romero.
El partido era atractivo, Everton no se quedó retrasado, buscó, intentó, con sus armas, mucho más tímidas que las del equipo argentino. Con Zeballos, plenamente recuperado, hábil y escurridizo, por la banda izquierda y algunos chispazos de Langoni en el otro sector, Boca dispuso de un par de ocasiones de cierto peligro. Benedetto, un poco descolocado en la definición de las jugadas, se las ingenió de todas formas para ser un peligro en el área rival.
Equi Fernández, el jugador surgido en Boca y que pasó con cierto éxito en Tigre, ocupó el círculo central, el lugar en el mundo de Alan Varela. Le costó afirmarse durante los primeros instantes, aunque con el paso del encuentro se soltó, se sintió más seguro. Lógicamente, el elenco de Victoria tiene poco que ver con el Mundo Boca, pero el joven de 20 años, lo conoce bien. Tiene condiciones para destacarse en un puesto que suele tener mucha competencia.
El primer tiempo terminó con una deslucida tarea xeneize, sin chispa, casi sin provocar situaciones de riesgo. Tal vez, lo peor fue la escasa generación de juego, apagado Romero, contenido Payero y sólo sostenido por el vértigo de la juventud, por los costados. Jamás perdió la compostura, equilibrado y seguro -pero lejos de convertirse, al menos, en estos tiempos de pretemporada- en un conjunto confiable.
Salió Romero en el entretiempo, tal como estaba previsto, reemplazado, por Leandro Brey, de 20 años. Chiquito tuvo una convincente tarea, seguro y prolijo, sin excesos ni contratiempos. Si bien es cierto que Everton no lo inquietó demasiado, cada vez que tuvo que exhibir sus reflejos, lo hizo con criterio. Fue un buen estreno.
Los cambios desvirtuaron el juego, aunque siempre fue chato, monótono. Entraron Cristian Medina y Luis Vázquez, que reemplazó a un deslucido Benedetto, algo más que el resto de sus compañeros. Boca es un equipo que no se decide: no es defensivo, tampoco audaz. Está en la mitad de camino. Everton, un equipo limitado del otro lado de la Cordillera, de a ratos, le arrebató el control del juego.
LA NACION