Philip Hermans: ”Podemos bajar el costo del peaje y profundizar el canal”

Recalca una y otra vez que, aunque ambas empresas son belgas, (Jan De Nul, la actual concesionaria del dragado de la hidrovía, y Deme, que participará de la próxima licitación), son “feroces” competidoras. Las bases de operaciones de las dos compañías están a solo 40 kilómetros de distancia, en Bélgica, y, aunque tienen algunos proyectos en común, son oponentes en la contienda para quedarse con el trabajo de dragado y mantenimiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay. Deme busca, mientras tanto, hacerse cargo de las obras una vez cumplidos los tres meses de extensión del contrato a la actual concesión.

Además del dragado, el grupo hoy tiene otros negocios, como la construcción de puertos y el desarrollo de la energía renovable a través de granjas eólicas offshore. Por otro lado, Hermans dice que están ahondando en el negocio del hidrógeno verde, producido con agua a través de energía renovable, solar y eólica. Para esto, considera que “la Argentina es un gran punto de interés, sobre todo la Patagonia, porque cuenta con sol y viento. Queremos producir hidrógeno verde en forma de metanol para que sea utilizado en el país y también exportarlo a Europa. Para esto, estamos estudiando la posibilidad de invertir US$1500 millones”, dice el ejecutivo. El hidrógeno genera energía limpia, porque no libera gases tóxicos sino vapor de agua.

–¿Por qué quieren hacer negocios en la Argentina?

–Queremos continuar haciendo negocios en la Argentina y volver a trabajar en la hidrovía, después de 25 años, ya que la empresa realizó los trabajos en la vía navegable antes del arribo de la concesión actual. Para nosotros la Argentina es un país muy interesante. El Gobierno quiere reformular la concesión y vamos a participar. Nos interesa especialmente porque es un contrato a largo plazo. De todas maneras, nunca dejamos la Argentina, tenemos una oficina aquí y actualmente mantenemos el dragado en el Canal Martín García que, por otra parte, abrimos nosotros.

–¿Se han reunido con el Gobierno en estos días?

–No todavía. Tenemos que trabajar en la propuesta para el hidrógeno verde. Sí estamos adelantados en el proyecto para la hidrovía.

–¿En qué consiste?

– Hoy se extraen 30 millones de metros cúbicos de tierra o de sedimentos en un año para mantener la navegabilidad. Nosotros tenemos dos contratos, uno de ellos en Egipto, donde extrajimos 34 millones de metros cúbicos en los últimos tres meses y medio, y otro en Rusia, donde serán 30 millones de metros cúbicos en 10 semanas. En este sentido, el desafío técnico de la hidrovía no es complicado. Lo que leo en la Argentina es que la hidrovía es excepcionalmente difícil de manejar, y no es así.

–¿Estarían interesados en el proyecto si fuera el Estado el que cobra el peaje ?

–Nos parece viable para el negocio tanto que el Estado cobre el peaje o que lo cobremos nosotros. Nuestro negocio core es el dragado. En el canal Martín García hacemos los trabajos para la Comisión Administradora Río de la Plata (un órgano binacional en conjunto con Uruguay), que a su vez cobra el peaje y nos paga por el trabajo. También podríamos recaudar el peaje y tomar el riesgo de la concesión junto con la inversión. Hay ventajas y desventajas en ambos esquemas. La ventaja de un contrato simple es que no se tiene otro riesgo que la ejecución de los trabajos. Ya sea uno o mil barcos que naveguen por el canal, siempre nos van a pagar por los trabajos que hacemos.

–Uno de los trabajos que serán exigidos en la nueva concesión es la profundización del calado…

–Los barcos que hoy transitan, y este es el drama que hoy veo en la hidrovía actual, pagan por su capacidad completa de transporte, mientras que solo pueden cargar la mitad, o dos tercios de su capacidad por un tema de calado. Es una manera antigua de cobrar el peaje. La profundización del calado, que es absolutamente crucial, significa que se podrán cargar los barcos al 100% de su capacidad, al mismo costo. Se bajaría entonces el costo de la tonelada exportada.

–¿Cuál es su propuesta?

–Invertir en la profundización del canal y recobrar la inversión a través del peaje, quizás sin subir su costo.

–Aquí los empresarios sugieren que se puede bajar el costo del peaje, ¿esto es posible?

–Podemos bajar el costo del peaje y al mismo tiempo profundizar el canal, por lo que pagarán menos, pero podrán cargar los barcos al 100% de su capacidad. Eso sería un ahorro importante para ellos.

–¿Cuánto podrían disminuir el peaje?

–Sería razonable pensar que, si hoy el peaje es de US$3,06, es posible bajarlo entre 75 centavos y 1 dólar, incluyendo la profundización del canal como parte de la inversión del contratista. Pensamos que es en el interés del Gobierno y de los usuarios de la hidrovía comenzar inmediatamente una nueva licitación.

–¿Qué esperan de la próxima licitación?

–Esperamos transparencia en materia de data para armar el plan de negocios. Un estudio encargado por la Bolsa de Comercio de Rosario a Latinoconsult provee datos muy valiosos que no eran accesibles por otro medio, pero falta información sobre lo que viene sucediendo en los últimos 25 años. Parcialmente esto se debe al hecho de no haber tenido un órgano de control claro a los largo de los años. Es difícil para nuevos competidores entrar en escena, aunque tenemos nuestros propios estudios.

–¿Qué opina sobre la extensión del contrato actual?

–El Gobierno ha decidido extender el contrato por tres meses al concesionario actual, lo cual es bastante sorprendente dado que uno de los socios de Hidrovía SA, ha estado involucrado en la Causa de los Cuadernos. Si el Gobierno realmente quiere poner fin al pasado, lo puede hacer.

–¿Estaban preparados para tomar su lugar?

–Estamos listos, en tres semanas podemos estar aquí con nuestra flota. Hemos estado estudiando el sistema desde hace dos años, siempre con la idea de tomar la concesión o el contrato en abril de 2021, que era la fecha en la que finalizaba la concesión actual.

–¿Cuál es su posición con respecto al empleo?

–Creemos que podemos mantener y aumentar el empleo argentino en los trabajos de la hidrovía, con un 80% o 90% del plantel local, sin despidos.

–¿Cuál sería el rol del departamento de compliance de la empresa en la Argentina?

– Hay una cantidad de desafíos, donde es la política la que decide y allí no tenemos influencia, porque no buscamos comprar influencia. El rol de compliance en la Argentina será igual al de cualquier otro país. Ellos verificarán que todo lo que hagamos pase los requerimientos de la corporación. No participamos en negocios turbios (a los que llama hancky panky business).

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