1. Globalización. El comercio internacional y la interacción entre los países ha ido en aumento en los últimos siglos, hasta alcanzar el fenómeno que conocemos como globalización. Los países interactúan permanentemente, ofreciendo bienes y servicios que en otros lugares resulta menos ventajoso o más caro producir, y recibiendo los productos que en su origen resulta más eficiente fabricar. Las cantidades exportadas hoy son 40 veces más que las de 1913. Y a comienzos del 1800 las exportaciones alcanzaban 7% del PBI global, mientras que ahora son el 30%.
2. Acuerdos. Los tratados internacionales de comercio se establecen entre dos o más países para mejorar el intercambio y las relaciones económicas. Están los acuerdos de alcance parcial, por los que se otorga un trato preferencial de acceso a productos provenientes de los países firmantes. En tanto, en una unión aduanera dos o más Estados adoptan una postura común frente al resto de los países, diluyendo las fronteras comerciales, mientras que el bloque impone una tarifa común a las mercancías entrantes del exterior. En tercer lugar están los tratados de libre comercio, territorios aduaneros entre los cuales se eliminan los derechos de aduana y demás reglas restrictivas. Un acuerdo de integración económica, por último, consiste en la creación de una moneda única, una política monetaria común y la liberalización del comercio.
3. Mercosur. El Mercado Común del Sur tiene el formato de unión aduanera, modalidad cada vez menos usada en el mundo. Bajo este mercado se encuentran aliados Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay y, hasta su suspensión por la ruptura de su orden democrático, Venezuela. El bloque acarrea problemas: un ineficiente desarrollo competitivo dado sus altos aranceles y el escalonamiento relativamente alto para insumos y bienes intermedios, lo que deriva en un ratio de exportaciones muy bajo con relación a otros acuerdos del mundo (14% versus 30% del PBI). Por último, hay una escasa integración en cuanto a políticas fiscales y sectoriales, lo que afecta la competitividad.
4. Argentina. Para nuestro país, el Mercosur es un destino relevante de las exportaciones, sobre todo de las de mayor valor agregado, como la industria automotriz, aunque cada vez lo es menos. En 2011, cuando el país tuvo el pico de exportaciones de este siglo, el 27% iba al Mercosur, mientras que en 2019 eso bajó a 14%. Y la caída se profundizó en 2020. Similar fue la disminución del comercio intrazona del Mercosur (sus miembros exportaban 14% en 2011 y ahora, 9%). Nuestro país tiene los aranceles más altos y mucha burocracia para realizar importaciones.
5. Cambios. La primera opción es que los países miembros “abandonen el barco” y rompan unilateralmente la relación con la Argentina. Esto llevaría a una reducción de los aranceles de la región y a que la Argentina haga lo propio en el largo plazo, abriendo sus fronteras aún más (o cerrándolas más: grave escenario). La segunda opción es sostener el bloque a cambio de realizar concesiones a la baja en el Arancel Externo Común y de permitir flexibilizar las negociaciones bilaterales de los países. Cualquiera sea la salida elegida o impuesta, un escenario de una Argentina integrada en el mundo significará la necesidad de mejorar sus estándares de competitividad y estabilidad macroeconómica, para no quedarse fuera de la carrera del comercio internacional.