Brotes verdes no es recuperación; recuperación no es crecimiento

La teoría económica define el crecimiento económico como el desarrollo continuo y sostenido del PBI per cápita. Un crecimiento del PBI similar o menor al ritmo al cual crece la población no es crecimiento. Asimismo, para que el crecimiento sea continuo y sostenido es una condición necesaria que suceda entre niveles máximos cíclicos de producción, allí donde se produce con la máxima utilización de la capacidad instalada. Los máximos cíclicos se definen como los niveles de producción máximos alcanzados inmediatos anteriores a una recesión.

Cuando se comparan niveles de producción entre picos y valles de la actividad económica, corresponde a una métrica que refleja la sucesión de recesiones y reactivaciones pero que no concuerda con la definición de crecimiento económico citada.

Las tasas chinas durante el último auge de las commodities, la mayor y más persistente de la historia argentina, se convierten en meros pocillos de café a la luz de la teoría del crecimiento, ya que reflejan importantes recuperaciones del nivel de actividad en V corta, pero que se reducen notablemente cuando en lugar de comparar los pisos cíclicos con los picos, como en general hacen los gobiernos argentinos de turno (lo peor con lo mejor), se comparan los máximos cíclicos de la producción, lo mejor de cada régimen macroeconómico.

Cada vez que asume un nuevo gobierno, por lo general luego de una profunda crisis económica con una magna caída del PBI, el discurso oficial nos refiere a un vigoroso crecimiento pero que en términos estrictos solo son recuperaciones incluso de carácter estadístico.

No obstante, tasas chinas por efecto “recuperación” hubo siempre. De acuerdo con la serie del Centro de Estudios de la Productividad-base Arklems+Land, la actividad económica se recuperó a tasas chinas a inicios de los gobiernos de Yrigoyen, Alvear, Frondizi, Illia, Menem y Néstor Kirchner. Este último presentó un año “chino” más que las experiencias anteriores, una vez corregida la serie del PBI del exuberante arte político a mano alzada aplicado durante los años 2007-2015.

Por lo tanto, la Argentina volvió a crecer recién en el año 2006 cuando logró recuperar el nivel de PBI per cápita perdido durante la depresión económica 1998-2001.

¿Es posible una recuperación en V durante 2021? La respuesta podría ser afirmativa por el efecto de arrastre estadístico, pero también si se si se reducen o eliminan los cepos cambiarios y los controles férreos a las importaciones que le ponen cemento a la rueda de la reactivación impidiendo una mayor oferta productiva y si no se responde a la posible segunda ola de contagios con una cuarentena estricta.

El efecto arrastre estadístico surge de la serie trimestral desestacionalizada del PBI a precios constantes, comparando el último trimestre con el promedio del año. Gracias a los brotes verdes del último trimestre del año pasado, estimamos que el arrastre estadístico en un 5 por ciento.

De acuerdo con el NBER, comité académico independiente que determina las recesiones, reactivaciones y crecimiento de la economía de los Estados Unidos, para que los brotes verdes se transformen en reactivación efectiva, sería necesario que la economía acumule más de dos trimestres consecutivos de tasas de variación anuales positivas tanto de la actividad económica como del empleo.

Dadas la altísima informalidad argentina, resulta importante que la medición incluya no solamente al empleo registrado sino también a los asalariados no registrados y a los cuentapropistas.

Asimismo, la reactivación para ser calificada como tal debería ser difundida en todos los sectores. Aún está por verse si los brotes verdes de la industria manufacturera asociada al comportamiento contracíclico de sus exportaciones para compensar la recesión en el mercado interno así como el impacto positivo en el segundo trimestre de la cosecha del sector agropecuario y los sectores asociados de industrialización, comercialización y transporte, también se difunda en el resto de los servicios. Este sector además actualmente se encuentra amenazado por la posibilidad de segunda ola de contagios.

¿Es posible que Argentina crezca este año? El REM (relevamiento de expectativas de mercado) del BCRA revela proyecciones del 6,2% para 2021 y 2,4% y 2,5% para 2022 y 2023 respectivamente. El 6,2% proyectado para este año, por lo tanto, tendría incorporado un 5% de efecto arrastre estadístico. La proyección presupuestaria oficial para este año del 5% estaría reflejando un puro efecto arrastre estadístico.

Sin embargo, tal como resalta también el NBER, el tiempo que tarda la economía en volver a su nivel máximo de actividad anterior para luego volver a crecer, puede extenderse bastante.

En efecto, tomando las mismas proyecciones del REM hasta el año 2023 y si la economía creciera en los años subsiguientes a las tasas entre picos del último ciclo anterior (1998-2011): 2,5% anual, el volumen físico del PBI agregado de 2019 se alcanzaría recién en 2024. Pero el PBI per cápita, la verdadera variable que representa el crecimiento económico, recuperaría el nivel del 2019 recién en 2027.

Por último, este perfil de crecimiento determinaría que la sociedad argentina superaría los niveles de su ingreso per cápita de 2011, último máximo cíclico coincidente con el año en que la actual vicepresidenta ganó con el 54% de los votos, después de una década, recién en 2034.

Cada crisis argentina nos hace perder años, si no décadas, en recuperar la producción perdida por las profundas crisis económicas. La recuperación de estas cuando suceden en V nos da la sensación de “seudocrecimiento a tasas chinas”, pero estas no son más que pocillos rotos una vez que se descuenta el crecimiento de la población y se la mide entre máximos cíclicos.

Sin esperar que los vientos de cola de la soja” class=”com-link” data-reactroot=””> vientos de cola de la soja o la magia de Vaca Muerta nos salven, ¿podrá la sociedad argentina asumir la noble tarea de construir una economía próspera que brinde bienestar y esperanzas a los jóvenes de la generación Z sobre la base del propio esfuerzo de los argentinos?

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