CORDOBA.- “¿Este fue el ahorro por la menor cantidad de viajes, reuniones y eventos?”, preguntó el presidente de una multilatina de origen argentino a su equipo cuando revisaban los números de 2020. Y agregó: “Está claro que mucho puede seguir recortado”.
El impacto de la pandemia del coronavirus y la cuarentena en los gastos corporativos y en los viajes de negocios es fuerte. Sólo en este segundo rubro se estiman unos $40.000 millones sin facturar.
En el caso de una empresa grande, con movimientos de equipos en el país y en la región más unas tres reuniones grandes al año con oradores invitados, algunos especialistas calculan hasta $15 millones que no se usaron, sin contar cuánto se redujo el costo por empleado por el teletrabajo.
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Por supuesto, lo que para algunos es “ahorro” para otros -hoteles, líneas aéreas, gastronomía- fue pérdida. En lo que hace al teletrabajo a tiempo completo, podría reducirle a las firmas por empleado entre $350.000 y $400.000 al año en la Argentina.
Organizar un evento para 100 personas a una empresa o cámara le salía el año pasado -con espacio, sonido y pantalla y catering- una base de $500.000 en el interior y al menos 40% más en Ciudad de Buenos Aires en un hotel cinco estrellas.
Para dimensionar el problema a nivel internacional sirve el caso de Amazon, que comunicó que en 2020 ahorró casi US$1000 millones en viajes de negocios que no pudo concretar por las restricciones de la pandemia. El director financiero de la corporación reconoció que “los gastos en viajes internos probablemente se reanudarán, pero puede que no lleguen al mismo nivel que en el pasado”.
A un año del inicio de la irrupción del coronavirus, no sólo se espera que la recuperación sea lenta –hasta ahora Córdoba es la única provincia que autorizó el turismo de reuniones– sino que se analiza cómo van a impactar las plataformas virtuales en el futuro del sector de los viajes de negocios. A nivel de gobiernos, algunos cálculos extraoficiales señalan que se gastó el 30% de lo habitual en movilidad de funcionarios.
Los honorarios de un disertante de primera línea por una conferencia arrancan desde los $200.000, según describieron a LA NACION distintas fuentes acostumbradas a contactarlos y contratarlos; en el caso de viajar en general piden un pasaje de avión en primera clase o ejecutiva y una noche de hotel. La mayoría de las cámaras o entidades empresarias tienen acuerdos con establecimientos de cinco estrellas que les permiten achicar ese costo que es de unos US$150. Ese combo se reduce solo a los honorarios con las presentaciones virtuales.
En el caso de una empresa que cuenta con auditorio o espacio propio, una reunión de entre 120 y 150 personas costaba entre $500.000 y $700.000 según sea en el interior o en CABA; una compañía mediana realizaba en promedio unas tres al año. Si se trata de una presentación más chica, con unos 20 asistentes, eran entre $150.000 y $200.000 entre espacio, catering para café, técnica y tareas de convocatoria y prensa.
Del universo empresario argentino, es cerca de un cuarto el que mueve el sector corporativo de hotelería de manera permanente, en cambio crece la cantidad para restaurantes, vuelos y alquiler de autos. Todos esos rubros fueron las víctimas de la drástica reducción de desplazamientos en el 2020. Para las líneas aéreas –no las low cost- el golpe fue fuerte. Los tickets corporativos representan hasta el 40% de su facturación.
A nivel internacional vienen realizándose estudios respecto del ahorro que implicó para las empresas el teletrabajo; si se promedian los hechos por Global Workplace Analytics, firma internacional de investigación y consultoría sobre los empleados, y Effiwork, el ahorro promedio para las empresas con el teletrabajo a tiempo completo rondó los US$5000 al año por empleado. Ese monto incluye, por ejemplo, infraestructura y oficinas, eventos corporativos, energía y suministros, viajes y vehículos de empresa.
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Fuentes empresarias argentinas consultadas por LA NACION aceptaron que a nivel local la media del “ahorro” está por debajo. La ubicaron entre $350.000 y $400.000 siempre y cuando ese empleado no deba ser reemplazado y opere puramente a distancia.
Respecto de la productividad, todavía no está claro si mejora o no con esta modalidad; según mediciones en diferentes lugares los directivos entienden que sí, pero los trabajadores creen que deberían contar con mejores herramientas y con el equipamiento adecuado. Para este año, el modelo que aparece es el “híbrido” (períodos de oficina y de home office).
La contracara de la caída de los viajes en el aumento en el uso de las plataformas de conexión colectiva como Zoom, Microsoft Team o Cisco. Un informe de Global Data analiza que el modelo afectará a dos segmentos del mercado: por frecuencia, a los ejecutivos que realicen más de cinco viajes al año (dos tercios del total en el mundo) y por destino se reducirán los viajes a oficinas corporativas de otros países, aunque se prolongará la estancia. Los desplazamientos para visitar clientes serían los menos afectados.
La reducción de los desplazamientos implica un ahorro de tiempo para ejecutivos y también para los empleados que no deben desplazarse a oficinas. Sin embargo, todavía no está claro si hay un aumento de la productividad. Distintas encuestas realizadas en la Argentina a medida que avanzaba el tiempo de home office, dan cuenta de que en general las empresas no perciben una mejora en la productividad. El margen de las que sí lo registran es de entre 10% y 15%.
“Desde mi experiencia puedo decir que el home office potencia la productividad laboral. Los trabajadores ya no se sienten tan presionados en tener que equilibrar su vida profesional y la personal, y muchos se ahorran los tiempos de viaje para invertir en otras actividades. Por supuesto que resulta clave contar con un buen liderazgo a distancia para que los equipos puedan sentirse apoyados, es por eso que las habilidades blandas en el liderazgo juegan un papel fundamental”, destacó Alexandra Manera, directora de Recursos Humanos del Grupo Adecco Argentina.