Carlos Menem, el conurbano y la productividad política de la nueva pobreza

Suele hacerse una asociación automática entre cada uno de estos términos. Pero para bien o para mal, los procesos económicos y sociales son más difusos y discontinuos que los políticos. La primera revelación dramática de la disrupción de nuestra histórica integración social fue la hiperinflación de 1989. Fue en este último contexto en el que Carlos Saúl Menem llegó al gobierno con su promesa de “salariazo” y “revolución productiva”. Un remake, en sus términos, de la de Alfonsín en 1983 consistente en regresar a una nueva versión de la coalición de intereses urbanos en torno de la industrialización inaugurada por Perón en 1946.

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